Descripción: A la comunidad futura es una declaración artística que pone de manifiesto el compromiso de Jesús Palomino con el tiempo presente. A través del lenguaje plástico actual, se trata de conectar los usos y modos del arte contemporáneo con preocupaciones políticas y sociales, activando los circuitos, tantas veces negados entre el arte y la vida cotidiana. De forma serena pero firme, su exposición es una invitación, mediante la reflexión, a la toma de conciencia ciudadana en la exigencia de derechos y libertades.
Tres elementos componen la muestra, todos de apariencia muy simple e igual de necesarios para acercarnos al sentido de la exposición como propuesta articulada.
Una valla metálica iluminada por luces verdes señala un espacio vacío dentro de la sala. Aparentemente, puede ser leído como una investigación derivada de la preocupación espacial nacida con el minimalismo en los sesenta, sólo que aquí no se promueven exclusivamente relaciones espaciales físicas. La valla señala y determina un espacio concreto en el interior de la misma. Pero, además de un lugar físico, lo que la valla señala es un estado de situación. La rotundidad del espacio señalado por la valla, su imponente vacuidad parece reclamar un tiempo y un lugar, una contingencia humana que lo ocupe y tome parte en él. Quizás se podría denominar un espacio de llamada y atención. Una reflexión que llama a la participación ciudadana.
Junto al espacio vallado, Jesús Palomino sólo coloca apilados un gran número de pósters impresos con la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que el espectador puede coger libremente. Desde su promulgación por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1.948, la Declaración se convirtió en un documento excepcional, admitido por la inmensa mayoría de las naciones pero poco respetado desde entonces hasta ahora. De hecho, cualquier conflicto o situación crítica en el mundo puede ser entendida por la falta de cumplimiento del mismo en su totalidad o en muchos artículos. Palomino nos obliga a volver a los inicios, cuando tras la Segunda Guerra Mundial la comunidad internacional quiso darse una oportunidad al decidir que sólo la dignidad y el respeto de la vida entre los países y las personas podría conducir a una realidad mejor. En la exposición se promueve la lucha contra el olvido de los Derechos Humanos mediante la difusión de la Declaración Universal a través del póster, un recurso de publicidad urbana que también puede servir para decorar los hogares de cada uno. Esta labor de difusión de los Derechos Humanos se complementa con la presentación de los mismos en varios Institutos de Enseñanza Secundaria de la ciudad antes de la inauguración de la muestra.
El tercer elemento de la exposición se recoge en el catálogo de la misma y hacen aún más evidente el sentido del llamamiento de Jesús Palomino desde el presente a la comunidad futura. Consiste en unas fotografías tomadas por el artista de tres manifestaciones en lugares tan apartados entre sí como Londres, Nueva York y Hong Kong. Son documentos de trabajo a pie de calle, donde los ciudadanos ponen de manifiesto su voz y escenifican el debate sobre los derechos humanos y las libertades públicas.
Texto de hoja de sala. Autor: José Iñiguez.
Vallas metálicas y luces verdes, edición de 10.000 pósters de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y fotografías.
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EXPOSICIÓN
Organiza: Consejería de Cultura. Junta de Andalucía.